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Soy Ximo y tengo 59 años, padezco una enfermedad mental, en este caso una esquizofrenia hebrefénica.

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Fui muy feliz hasta que me llamaron para mi estancia en la mili. Siempre fui una persona muy pacífica, risueña y estaba totalmente en contra del uso de armas, al recibir la noticia de que tenía que incorporarme en filas, se me vino el mundo encima.

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A pesar de ello, subí al tren y asumí aquello que me tocaba vivir en ese momento. Recuerdo todo con muchísima angustia. Pasé por mucho sufrimiento a mi corta edad de 20 años y es por eso que nunca volví a ser el mismo.

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Me apunté junto con mi hermano a un curso de Jardinería para seguir con una rutina, pero no fui capaz de acabarlo en ese momento, cada vez sentía mayor angustia, no tenía ganas de absolutamente nada y pasé un año de mi vida encerrado en mi habitación, mi única actividad era fumar, no tenía motivación de nada en mi vida. Mi dejadez y deterioro iba en aumento y fue Paco, psicólogo de PRISMA quien consiguió sacarme del pozo, consiguió que saliera de mi habitación, tener una rutina y por tanto recuperar calidad de vida.

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Desde hace 4 años, acudo a PRISMA con regularidad, me siento cómodo con mis compañeras y mantengo buena relación, además participo en todas las actividades que se proponen.

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Con mi fotografía, me gustaría transmitir, aquellas barreras u obstáculos que me encuentro por los prejuicios de las personas al descubrir que padezco una enfermedad mental, como veis en mi foto la mayor parte de mi cara, está borrosa por unas gotas, esto para mí significa el no poder llevar una vida con normalidad o mi vida de antes. Hay un ojo el cual sí que se ve con claridad o nitidez y con ello quiero expresar que estoy aquí, dar visibilidad y normalizar mi enfermedad y que por fin he vuelto a ver la luz y a tener esperanzas.

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