Somos Sergio y Miguel. Decidimos hacer esta foto juntos porque sentíamos que habíamos tenido experiencias muy parecidas. Con nuestra foto queremos hablar de las barreras que enfrentamos diariamente las personas que tenemos problemas de salud mental, las fuerzas que tiran de nosotros para que no cumplamos nuestros objetivos. Desgraciadamente son muchas y de muchos tipos las barreras con las que tenemos que luchar constantemente.
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La primera gran barrera es la que nos ponemos nosotros mismos. Muchas enfermedades mentales tienen como consecuencia un estado generalizado de apatía y de sentir que no puedes hacer nada. Muchas veces la medicación nos deja agotados físicamente y embotados mentalmente. Esto nos genera una discapacidad para hacer muchas tareas del ámbito laboral e incluso para las tareas más básicas de la vida diaria. Esto hace que nos desmotivemos y nos creamos incapaces de hacer nada. Superar este pensamiento, esta barrera que nos ponemos nosotros mismos no es tarea fácil.
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Cuando logramos superar esta primera gran barrera nos seguimos topando con infinidad de muros. Uno de ellos es el estigma que va asociado a los problemas de salud mental. La gente nos ve a través de los prejuicios y no a través de nuestras capacidades, que son muchas. Esto nos lleva a la exclusión, por miedo o desconocimiento las personas, en la vida cotidiana y las empresas que ofrecen trabajo se alejan de nosotros.
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En ocasiones cuando empiezan los síntomas de la enfermedad el diagnóstico tarda mucho en llegar o no es adecuado. Esto supone muchas veces que no podamos rendir adecuadamente en nuestros trabajos, lo que genera incomprensión y conflictos con nuestros compañeros y jefes. Cuando ya estamos diagnosticados hay mucho rechazo a contratarnos y aunque exista el reconocimiento de nuestra discapacidad y empleo protegido sigue siendo muy difícil acceder a un puesto de trabajo o que este se adapte a nuestra realidad y capacidades.
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Por último, queremos destacar la peor y más dolorosa de las barreras, el vacío social y la exclusión, el sentir que la gente nos evita, nos juzga, no nos entiende y no nos quieren incluir.