Mi nombre es Roberto, tengo 44 años. En el 2007 me diagnosticaron esquizofrenia. Las drogas fueron un cobijo para sentirme mejor, pero me crearon unos esquemas mentales que no se ajustaban a mi vida real. La no aceptación de la enfermedad, sus estigmas, la imagen distorsionada de mí mismo, la medicación con todo lo que conlleva y la falta de motivación, es todo lo que no me deja avanzar. Responsabilizo a la sociedad de lo que me ha pasado. De la falta atención individualizada para poder entenderme y ayudarme.
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En el camino de mi vida, a veces me faltan fuerzas para seguir adelante. Estar encerrado en casa, no sentirme preparado para la continuidad de un puesto de trabajo, mi autocontrol delirante. Me cuesta coordinar todas las ideas que aparecen en mi mente. Todo se me hace un nudo y no puedo avanzar. Hago una montaña de un grano de arena.
Tengo una autoimagen distorsionada. Gracias a los aspectos positivos que las demás personas dicen sobre mí, voy conformando el esquema de mí mismo.
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Voy preocupándome más por sentirme mejor, aunque a veces me cuesta. Hago más de lo que puedo, para que las personas que me rodean se sientan orgullosas de mí. Estoy más estabilizado, aunque en proceso aún de aceptación. Demasiada información de la enfermedad, necesito quietud y calma para procesarla.
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La Convivencia con personas que padecen mi enfermedad me ayudan a seguir subiendo. Compartir preocupaciones me alivia
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Mi tarea del día a día es : ¡Salir adelante!