Me llamo Reme. Tengo 61 años y tengo diagnosticado doble trastorno de la personalidad desde hace 5 años.
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En mi fotografía estoy tumbada sobre un montón de blisters de medicación. Con ello quería contarla importancia de la medicación para el tratamiento de mi enfermedad y mi recuperación.
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Cuando me diagnosticaron empecé tomando 15 pastillas diarias, que me dejaban dopada y hecha polvo. Esto me generaba una discapacidad y como no podía vivir sola me ingresaron en una residencia. Aunque en esa época estaba muy medicada para controlar los aspectos negativos de la enfermedad necesitaba de la medicación. Estaba sin ganas de hacer nada, sin relacionarme, aislada, sin salir, sin ganas de comer, alimentándome mal, etc. Aunque la medicación me dejaba agotada poco hizo su efecto. Empecé a sentirme mejor de ánimo, empiezo a salir, tengo permisos para irme a casa, etc. Poco el poco el psiquiatra me va reduciendo la medicación y reajustándola a mi estado de salud. Al mejorar mi estado de salud mental y llevar una vida más saludable empiezo a perder peso y sentirme mejor de ánimo, más activa, más ágil.
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No hace demasiado decido pedir el alta. Me ve el psiquiatra y tras cinco meses me da el alta. Tras esto salgo de la residencia, vuelvo a mi casa y gracias al control del psiquiatra y a la medicación llevo una vida normalizada. He vuelto a ser yo. Se que la enfermedad está ahí para siempre pero que gracias a la medicación está bajo control.
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