De muy pequeño ya tenía voces que me decían cosas muy feas. También delirios de personas que me perseguían para hacerme daño. Voy a intentar explicaros que es lo que siento. Cuando noto tensión a mi alrededor escucho discusiones en mi cabeza de las que soy un espectador. Si estoy tranquilo las voces me susurran y me proponen hacer cosas. Cuando voy a sitios con mucha gente entonces empiezan a decirme cosas muy feas. Ya son 25 conviviendo con ellas las 24 horas del día. He pasado por multitud de psicólogos, he probado distintas medicaciones y he tenido varios ingresos en la unidad de salud mental. La voces no desaparecen. Muy de vez en cuando y cuando estoy entre mucha gente veo una cara que me observa. A veces estoy viendo la TV y alguien de mi familia me pregunta qué hago mirando la TV apagada o me sorprenden hablando con las voces.
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He asumido que voy a tener que vivir con esta realidad para siempre. La medicación me ayuda a contener las voces y a tener control emocional. A veces la situación me supera y necesito un rescate en forma de medicación. Cuando ni siquiera esto es suficiente necesito acudir al hospital. Aunque se que las voces no son reales, no siempre me resulta fácil distinguir lo que es real de lo que no. Cuando necesito que se callen pongo música o relatos para no escucharlas.