“No importa el peso que levantes, importa el interés que tengas a la hora de hacerlo. La salud mental también es un peso que tenemos que aprender a sobrellevar”
Me gustaría contaros algo, aunque poco importa mi nombre. Hace unos diez años, de repente empiezo a oír voces, a creer que la gente me persigue, a ver sombras. Empiezo a entender que algo no va bien en mi cabeza y decido pedir ayuda. Me atiende la unidad de salud mental y me diagnostican esquizofrenia paranoide, trastorno límite de personalidad y depresión neurótica. Empiezo a medicarme con 5 pastillas diarias y las voces y los delirios van perdiendo intensidad. Cada vez tardan más en aparecer y cuando lo hacen lo hacen de una manera menos agresiva.
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Durante lo peor de mi enfermedad se me van las ganas de hacer nada, tengo sensación de que se me anula la vida. Dejo de cuidarme, me abandono y miautoestima cae por los suelos. Tengo la seguridad de que cuando el psiquiatra acertó con la medicación pude empezar a salir del pozo. Me empiezo a sentir mejor, mi autoestima sube, vuelvo a cuidar la alimentación, me vuelvo a arreglar y empiezo a hacer deporte y a llevar una vida sana. Con mucha fuerza de voluntad y ayuda de mi familia empiezo a remontar y a volver a ser yo. Desde entonces no he dejado de practicar deporte cada día de mi vida. Me ayuda a tener una rutina, una vida saludable y sus efectos en mi cuerpo y, en consecuencia, en mi cabeza, son espectaculares. Me siento muchísimo mejor, más realizado, más seguro, más relajado, satisfecho y feliz. No tengo duda de que el deporte ha sido y es fundamental en mi recuperación. Llevo ya tres años sin escuchar voces y sin delirios.