Me llamo José Jaime y llevo lidiando con la esquizofrenia desde hace 24 años. En los peores momentos de la enfermedad, cuando las voces me atormentan necesito estar encerrado en la habitación y sobre la cama durante horas para amortiguarlas y poder tranquilizarme.

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Durante 6 o 7 años estuve trabajando mientras convivía con la enfermedad. Ya estaba diagnosticado, pero escondía mi enfermedad por miedo al rechazo. Obviamente, la enfermedad era incompatible con el mundo laboral. Quería valerme por mí mismo y demostrarme que valía, por eso insistía en seguir trabajando. La experiencia no salió bien. No podía realizar de forma competente los trabajos, la situación se iba complicando y mis compañeros y mis jefes no me entendían, viví situaciones muy violentas de insultos, rechazo e incluso algún intento de agresión. El estrés provocado por esta situación me llevó al límite y acabé ingresado seis meses.

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Durante mi ingreso mi familia luchó por lograr el reconocimiento de mi incapacidad laboral. Esto me ha reconocido derechos y poder ser atendido de mi enfermedad de forma adecuada,  estar más tranquilo y que la situación se normalice.

Mi fotografía es un retrato mío en medio de una explosión. Con ello quiero simbolizar la necesidad que tengo de romper con todo lo malo y con las limitaciones que me impone la enfermedad y la propia sociedad. A veces toda mi situación me genera mucha impotencia y ansiedad, exploto y necesito romper con todo eso.

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Para muchas personas salir de casa,  relacionarse con otras personas o incluso salir de la cama son tareas cotidianas, para mí es una tarea titánica, heroica. Por eso me querido retratar como un personaje de cómic enfrentándose con determinación a todo en medio de una violenta explosión.